lunes, 22 de septiembre de 2014

Cuando la generosidad se vuelve obligatoria

Me apetecía hablar de este tema, porque a veces tenemos unos valores impuestos y lo que "parece" lo correcto nos impide ver la realidad o comprender a nuestros hijos. Yo entiendo que el valor de la generosidad es muy importante, pero también pienso que a veces confundimos la generosidad con ¡atraco a mano armada!

Si mi hijo está jugando con su juguete favorito y llega un amiguito que quiere quitárselo, yo no voy a intervenir ni en un lado ni en otro, porque creo que tiene que aprender a defender sus intereses, pero me molesta profundamente que la mamá del amigo le diga al mio, déjaselo, si es un ratito.... ¡no lo entiendo!! ¿por qué??

Si mi hijo de 2 años, acaba de salir a jugar al parque con su patinete, no veo el motivo por el cual, tenga que quedarse él sin jugar para dárselo a otro, eso no es generosidad, eso es anulación de uno mismo para satisfacer las necesidades de los demás!!

Si fuera mi hijo el que se "emperra" en el juguete de otro, yo le diría: "cariño, ese juguete es de Felipe (por ejemplo) y ahora está jugando él, cuando pase un ratito a lo mejor quiere prestártelo, mientras, tú puedes divertirte con este otro" y le propondría otro juego, dejando que Felipe pueda jugar sin presiones y los dos tan contentos! Si insistiera a Felipe para darle el juguete a mi hijo, mi hijo estaría entendiendo que tiene el derecho de coger lo que quiera cuando quiera y entonces, ¿donde queda el respeto? Para mi la generosidad es muy importante, pero el respeto hacia los demás es un valor que ocupa un puesto superior.

Que conste, que animo a mi hijo a compartir, sus juguetes, sus emociones, sus inventos, lo ayudo a encontrar un nexo de unión y complicidad con los demás, pero eso, no es de lo que estoy hablando.

Soy bastante empática e intento comprender a los demás poniéndome en su lugar y en este caso, aunque sea un ejemplo un poco tonto, me imagino que me pongo mi chaqueta favorita y justo acabo de salir a pasear cuando me encuentro con una conocida que me dice que le encanta, que la quiere y que se la preste... ¿Que haría? Un adulto podría contestar de muchas formas, pero nuestros hijos pequeños no, y lo único que necesitan es que por lo menos, nosotros, los entendamos!!
                                 
Sólo es mi manera de pensar, habrá otras muchas opiniones igualmente válidas, que por supuesto, respeto. Vosotros que opináis?? Creéis que a veces imponemos algunos valores que pueden superponerse a otros, también importantes?? 

Buenas noches

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