Desde que mi niño está con nosotros, hay muchas cosas que me planteo seriamente de cara a mi forma de educar y criar a nuestro hijo. Me siento con tanta responsabilidad que pienso mucho en ello, y lo más importante para mi es ser fiel a mi misma, no sigo modas ni tendencias, sólo con lo que estoy verdaderamente de acuerdo.
Aunque parece simple, a veces cuesta, porque veo y leo cosas y tengo que procesarlo desde mi interior, y analizar lo que queremos, lo que no y como lo reflejamos en nuestras acciones. Después de pensarlo mucho, estas son mis principales máximas, las que intento no saltarme por nada del mundo (aunque a veces, reconozco que algo se me escapa, vamos poco a poco...)
1. No quitarle la más mínima atención a mi hijo por estar con el móvil.
A veces veo madres con los niños en los parques y no les prestan la más mínima atención!! Pueden estar los niños haciendo el pino con las orejas en el tobogán, pero ellas están tan tranquilas. Eso es algo por lo que yo no paso, cuando estoy sola con el peque en cualquier parte, ya sea parque, playa, piscina, cojo el teléfono lo imprescindible. Sólo para llamadas, lo demás puede esperar.
2. Sin gritos
Es algo que a veces me cuesta, porque cuando me enfado, unas cosquillas muy calientes recorren mi pecho y mi garganta y parece que gritando sea el único modo de sacarlas. Respiro y respiro y algunas veces se me escapa algún grito, aunque enseguida le pido perdón, soy consciente que no quiero hacerlo.
3. La menor tele posible
A Dani le encanta, no puedo evitarlo, como a su padre, y no voy a estar todo el día luchando... (aunque ya he conseguido bastante...). Cuando quiere estar en modo TV, saco todas mis artimañas para que se entretenga con cualquier otra cosa!! Vamos a pintar, jugar con la plasti, coger las herramientas, leer un cuento, pufff y todo lo que sea. A veces, simplemente no lo consigo y otras, quiere comer viendo los dibujos, así que se los pongo en inglés. Por lo menos, se le hace el oído. Nos encanta Peppa Pig en inglés, tiene una voz chula chula, jeje.
4. Regalarle mi presencia
A veces, me he encontrado estando con mi hijo "sin estar", pensando en millones de cosas que tengo que hacer, intentando sacar tiempo que no podía, agobiándome por algo que "necesito" y él lo único que hace, es centrar todos sus esfuerzos en llamar mi atención. Por eso, esta regla tan importante para mi misma: Estar con mi hijo, ofrecerle tiempo de calidad, no cantidad de tiempo.
5. Ser coherente y dar ejemplo
Para mi la coherencia es fundamental, y por eso he de ser fiel a mis valores, me parece de lo más importante que coincida lo que digo, con lo que hago, porque solo así podré dar ejemplo de verdad. No me valdría para nada decirle a mi hijo que no se pega, dándole un azote en el culo, verdad? o decirle que no se dicen palabrotas y pasarme el día diciéndolas...
6. Mejor sin castigos ni premios
Cuando Dani empezó a tener rabietas, utilicé la trona en alguna ocasión para sentarlo, guiada por algunas personas que me hablaron de "la silla de pensar", en aquel momento pensé que no tenía otra manera de hacerle entender las cosas, Cuando ya no me hacía ningún caso, y se ponía desastre total, lo cogía y lo sentaba en la trona y le decía "ahora te vas a quedar aquí sentado y cuando te decidas a recoger me avisas, hasta entonces no te levantes". Lo senté varias veces, pero luego descubrí que no valía para nada, Dani no aprendía, no asociaba ni se acordaba de una vez para otra. No iba a "amenazarlo" con sentarlo en la silla, me negaba, para mi no funcionaba.
Nuestros principales problemas eran porque lo tiraba todo y no recogía, yo me ponía histérica, así que decidí cambiar de táctica.
Le explicaba que había que recoger las cosas para cuando quisiera jugar de nuevo con ellas, estuvieran en su sitio. Como se dejaba la plastilina fuera de los botes, se la encontraba "dura" y ya no podía jugar con ella. Consecuencia natural. Si coge un juguete y no lo guarda en su sitio, pues al día siguiente no lo encuentra (a eso a veces hay que ayudar un poco..) y le digo: "es que no lo guardaste en su sitio y yo no se donde está" Consecuencia nuevamente. Y de este modo, aplicándolo a cada aspecto de nuestra vida, no castigamos al peque, utilizamos las consecuencias, que no quiere decir que no le regañemos-ojo-
Respecto a los premios, pues tampoco somos muy de ellos. Vuelvo nuevamente a cuando era más pequeño, yo utilizaba mucho el "Muy Bien", de una forma ya casi compulsiva, por todo y me dije a mi misma: "No me mola, esto no debe ser muy bueno". Así que, a no ser algo muy especial, no le digo muy bien (a veces me cuesta, lo reconozco), pero uso alternativas. Si me enseña un dibujo, le digo que me gusta, o si hace algo él solo o que me enseña, le digo cosas como: que bonito, me alegro, te estás haciendo mayor, me gusta y en general, depende de cada momento, a veces, no digo nada.
Cuando le quité el pañal, le dije muy bien las primeras veces, después lo cambié por cosas, como: ya sabes tú solo, que mayor te estás haciendo, como has aprendido a hacerlo, sabía que podrías, etc...
Nuestros principales problemas eran porque lo tiraba todo y no recogía, yo me ponía histérica, así que decidí cambiar de táctica.
Le explicaba que había que recoger las cosas para cuando quisiera jugar de nuevo con ellas, estuvieran en su sitio. Como se dejaba la plastilina fuera de los botes, se la encontraba "dura" y ya no podía jugar con ella. Consecuencia natural. Si coge un juguete y no lo guarda en su sitio, pues al día siguiente no lo encuentra (a eso a veces hay que ayudar un poco..) y le digo: "es que no lo guardaste en su sitio y yo no se donde está" Consecuencia nuevamente. Y de este modo, aplicándolo a cada aspecto de nuestra vida, no castigamos al peque, utilizamos las consecuencias, que no quiere decir que no le regañemos-ojo-
Respecto a los premios, pues tampoco somos muy de ellos. Vuelvo nuevamente a cuando era más pequeño, yo utilizaba mucho el "Muy Bien", de una forma ya casi compulsiva, por todo y me dije a mi misma: "No me mola, esto no debe ser muy bueno". Así que, a no ser algo muy especial, no le digo muy bien (a veces me cuesta, lo reconozco), pero uso alternativas. Si me enseña un dibujo, le digo que me gusta, o si hace algo él solo o que me enseña, le digo cosas como: que bonito, me alegro, te estás haciendo mayor, me gusta y en general, depende de cada momento, a veces, no digo nada.
Cuando le quité el pañal, le dije muy bien las primeras veces, después lo cambié por cosas, como: ya sabes tú solo, que mayor te estás haciendo, como has aprendido a hacerlo, sabía que podrías, etc...
7. Cumplir nuestra palabra
Otra de nuestras máximas, lo que decimos hay que cumplirlo. A veces papá le dice: "Si sigues portándote así, nos vamos" y yo siempre le digo: "Dile lo que vayas a cumplir". Me parece importante que nuestra palabra sea fuerte y creíble. A Dani también se lo estamos enseñando, hacemos pequeños pactos y siempre los cumplimos. Por ejemplo, cuando termine este episodio nos vamos a leer un cuento o cuando te tires 5 veces por el tobogán, nos vamos a casa. Al principio, le decía: "lo que decimos, tenemos que cumplirlo" y ahora casi nunca es necesario, él cuando termina, dice: "ya!" y eso me requetencanta. No me gusta nada repetir las cosas....
Creo que me he extendido un poco, y a lo mejor no están todas las que son, pero SI son todas las que están!! Esta es la mejor forma que hemos encontrado, pero al fin y al cabo, la nuestra,y respetamos lo que cada uno piense, ¿Y vosotr@s, que máximas tenéis con vuestros peques?